El mejor amigo de Botoncito era, sin duda, Ojalito. Eran inseparables. Pero un día, el hilo que mantenía a Botoncito sujeto a la blusa de Ana, de repente, se rompió... Es así como Botoncito va a parar a los rincones más inhóspitos de la habitación de Ana, donde conocerá a Sonajero, a Babero y a Osito, que yacen olvidados bajo los muebles del cuarto porque Ana ya no los necesita... Entonces Botoncito les explicará que Ana ya puede dejar de llorar, ya sabe comer muy bien y también sabe conciliar el sueño sola. ¡Y todo porque ellos le ayudaron a hacerlo cuando era un bebé!
Reseña de la editorial