Esta historia empieza algunos años después de que Ojo de Nube regresara a su tribu con los caballos de los malacosa, y cuenta cómo indios y caballos convivían en las praderas protegidos por la Madre-Que-Da-Vida. Pero esta no es la historia de Ojo de Nube, esta es mi historia. Me llamo Hija de la Montaña, y al igual que mi hermano Ojo de Nube, recibí al nacer el mejor regalo que mi madre me podía dar: las palabras.
Reseña de la editorial