Una buena detective necesita casos que resolver. Sobre todo si también es escritora de misterio. Pero en el pueblo de Catalina no ha pasado nada desde la desaparición del pastel de chocolate. Nada hasta que llegan dos nuevos inquilinos a La Casa y se producen extraños robos en las iglesias de los alrededores. ¿Estarán ambas cosas relacionadas?
Reseña de la editorial