Lena vive en el tiempo con todos sus hijos: el recuerdo, la nostalgia y el olvido. Pero también con los espacios que habita cuando ya no queda nada. Entre la cobardía y la valentía todo aguarda, y sus versos son cristales donde puedes observar tu propio re?ejo. En Instinto de permanencia vas a encontrar un corazón desordenado que no ha dejado ni un segundo de latir, y que esconde en sus esquinas los restos de cada naufragio como prueba de la propia existencia.
Reseña de la editorial