El jueves es el peor día de la semana para Gid. Porque los jueves tiene clase de natación en el colegio y no hay nada más horrible que eso. Tirarse de cabeza, hacer la bicicleta, nadar con la ropa puesta... Gid tiene que pasar por ese suplicio una semana sí y otra también. Para saltarse la clase de natación, Gid ha ideado hasta setenta trucos, como encerrarse en el lavabo cuando llega el autocar que los lleva a la piscina. El problema es que los trucos no se pueden repetir, y algunos son difíciles de poner en práctica. Por suerte, Gid cuenta además con la ayuda del señor de las palomas. Cuando el autocar de natación pasa por delante de la plaza, lo ve sentado en su banco junto al estanque. Y aunque el señor no lo sabe, su presencia ayuda a Gid a sobrevivir a la clase de natación. Una semana sí y otra también. Pero, al comenzar el nuevo curso, el señor de las palomas ya no está en su banco de siempre, y Gid decide ir a buscarlo para evitar que la clase de natación y todo el curso se conviertan en un desastre.
Reseña de la editorial