Para el señor Racine lo más importante del mundo es su tranquilidad. Su tranquilidad y las peras que cultiva en su huerto. Un mal día, ¡todas las peras desaparecen!, devoradas por una bestia muy golosa. No es un perro, ni un gato, ni un elefante. Esta obra nos enseña que lo más bonito en la vida no se puede comprar con dinero y que la primera norma para ser feliz es no tomarse las cosas demasiado en serio.
Reseña de la editorial